
Pocas mujeres habían logrado destacar en la investigación científica, la tecnología y el ámbito académico hasta el siglo XX: con un acceso muy limitado a la educación universitaria, las mujeres emprendieron su camino imparable hacia el descubrimiento y el saber por una senda angosta, escondidas tras pseudónimos y disfraces, y a menudo olvidadas.